Las características de aquel “oratorio” son las siguientes:
1. Catecismo y prácticas religiosas en la Parroquia.
2. En el oratorio: juegos, saltos, ejercicios de gimnasia (Don Cocchi era un verdadero atleta). "Sobre
todo era célebre el juego del salto. Tanto, que los muchachos no decían "vamos al oratorio, sino vamos a
los brincos con Don Cocchi".
La división de los deberes parece lógica: en la parroquia, la oración y todo lo que es explícitamente
cristiano; en el oratorio, el recreo, los saltos, que llegaron a ser de tal manera dominantes, que hicieron
perder hasta (en el vocabulario corriente) el nombre original del Oratorio (de "oración") para sustituirlo
con el de "Saut" (saltos, diversiones).
Junto a los inmensos méritos cristianos de don Cocchi, hay también algunos rasgos menos positivos,
que cito aquí solamente para intentar delinear las diferencias entre el oratorio de don Cocchi y el de Don
Bosco.
"Don Cocchi es muchas veces tachado de una caridad no muy prudente y no muy sabia. En sus casas
acogía alumnos e individuos que con su conducta perjudicaban a los otros; proponía a otros Institutos o
a los superiores de otras Diócesis empleados o instructores que, en otras partes no habían dejado una
buena impresión; tenía mucha amistad con hombres poco religiosos, y en una época de su vida, en
concreto en el período del aturdimiento de los cuarenta, fraternizaba con no-católicos y hebreos”.
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